El nuevo destino de los vestidos de novia es destruirlo. ¿De qué se trata esta nueva tendencia? Con un determinado objetivo estético, los novios se animan a esta original y divertida sesión fotográfica en la que el vestido de novia es su protagonista, ¡para quedar completamente destruido! Un nuevo desenlace para los casamientos, en el que los novios demuestran que lo único que perdura en el tiempo es el amor.
Conservarlo, venderlo o remodelarlo.
Algunas novias lo guardan, lo conservan por años en sus casas, otras los venden y hasta están las que se animan a remodelarlo y volver a usarlo. ¿Te imaginaste alguna vez que destruirlo sería otra de las opciones que se sumaría a esta lista? Seguro que no. Un vestido de novia es algo que cuesta mucho, en todo sentido. Mucho dinero, tiempo, dedicación, concentración ¡y demasiado stress! ¿Te animarías a darle ese catastrófico final?
Trash the dress: la originalidad en el contraste
La sesión fotográfica trash the dress se basa en la originalidad del contraste. Barro, agua, pinturas, la locura y euforia que se desata en el escenario de la sesión fotográfica contrasta con la elegancia y la filosofía de una boda: un evento formal o semi formal, en el que el objetivo es celebrar el matrimonio con novios e invitados “bellos” y “bien vestidos”. Es el propio contraste lo que atrae a la fotografía, es lo “impensado”, la locura, la contradicción. ¿Destruir un vestido de novia? La oración pareciera ser un oxímoron y así y todo es una tendencia que se volvió real, muy real.
Lo eterno vs. lo efímero: lo único que perdura es el amor
“Lo efímero” es otro concepto que entra en juego con esta nueva tendencia. “Lo eterno” es un concepto que rodea una boda, los novios se casan para estar toda la vida juntos, para amarse eternamente. Con la nueva tendencia, se abre otro escenario: el de lo efímero, lo caduco. Trash the dress trae este otro concepto, de que nada es para siempre (en materia de vestido de novia o traje de etiqueta del novio). “Lo eterno vs. lo efímero” se juega en esta sesión fotográfica en la que los novios demuestran con picardía que lo único que perdura en el tiempo es el amor, la química y la diversión, y no un vestido de novia.
Otros escenarios
La clave está en encontrar aquel escenario que contraste con el de la boda: el barro, un paintball, el campo, una playa, un edificio abandonado, etc. Un ambiente en el que los novios se sientan cómodos para la sesión fotográfica,
para jugar y divertirse. Un escenario diferente en el que los novios dejan de ser “novios”. La novia destruye su vestido de novia con un “fondo” más que interesante: en el barro, en una guerra de paintball (donde el desfile de colores “hace” a la fotografía) o en una playa. ¿Te imaginas tu vestido blanco completamente teñido de marrón o lleno de colores? Esta tendencia propone la revolución del contraste: un vestido de novia blanco en una boda súper elegante que tiene su final en el barro o en una guerra de paintball.
Y??... Te animarías a una sesión Trash the Dress?? Contanos!!
Y vos, ¿te animarías a destruir tu vestido de novia?
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